Huídas
Existen distintas maneras de huir.El mundo tiene diferentes composiciones: Cuando los colores son suaves, pastel, sin grandes contrastes, con líneas onduladas que tienen un ritmo como de olas que te llevan de un lado a otro, entonces los deseos de pertenecer a él son enormes. Si eres sólo un espectador ansías poder encajar en aquel cuadro, en aquéllas texturas, en aquélla composición. Si estás dentro lo mejor sería darte cuenta que lo estás. Eso es lo difícil...
Cuando la composición de éste mundo es en extremo cálida, o en extremo fría, o pareciera que cada vez que das vuelta a la esquina lo único que existen son ángulos y un gran caos y desesperación, entonces quisieras pertenecer al mundo de líneas suaves... y huír.
Podrías empezar huyendo con la mente. Creando esa composición armónica para ti. Para que el suelo que pises no sea tan áspero y los colores que te rodean no sean tan grises... quebrados. El siguiente nivel sería huír físicamente: Mudarte, cambiar de suelo, de líneas, de colores... con la esperanza de llegar a una mejor composición, una que se adapte de mejor forma a ti. Ir acercándote cada vez más a ese, tu mundo ideal.
En ocasiones se toman decisiones erróneas que lejos de llevarte a la composición de colores y líneas suaves, te llevan a mundos, cuadros de peores composiciones, composiciones que ni siquiera podrían llamarse composiciones, porque no están planeadas, ni pensadas... como las decisiones. ¿Y qué pasa si poco a poco te vas hundiendo más y más en las líneas quebradas? ¿Qué pasa si no encuentras el camino rumbo a las suaves líneas? ¿Qué haces? ¿Huyes más?
Pensando en que el hombre busca siempre su bienestar y tiende a la felicidad, se podría pensar que buscarás encontrar el camino a la mejor composición. Pero ¿Y si la única solución es seguir huyendo? Huyendo con la mente, huyendo físicamente, huyendo de las responsabilidades y de las cargas, huyendo quizá para encontrarte más sólo que antes de la huída. Yo también quisiera huir de la carga que me trae tu huída. Pero sería un círculo que nos llevaría cada vez a una nueva huída.
Quisiera trazarte el camino a esa nueva, brillante, luminosa, suave composición. En verdad quisiera hacerlo. Perdóname, pero primero tengo que ir a la mía. Primero tengo que trazar líneas suaves en la mía.
Etiquetas: poder de elección, tristeza, Yo
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