De las aficiones-pretexto
Después de años me doy cuenta que mi afición a la fiesta brava no era más que mi deseo de estar con él. Era nuestro momento, nuestro compartir risas, sorpresas y hasta cervezas. Era mi solicitud de regalo de cumpleaños. Nunca fui con nadie más. Ahora me doy cuenta de la crueldad de la "fiesta" y la repruebo... y evito el alcohol y a los borrachos casi naturalmente. Pero era mi forma de compartir con él. Yo era aficionada.En realidad nunca fui aficionada a la "fiesta", era aficionada a nuestros domingos juntos. ¿Cuántas aficiones serán realmente mías y no pretextos? ¿Cuántas de éstas tampoco son propias pero después de un tiempo las adopté honestamente?
Es hora de limpiarme de las aficiones-pretexto y quedarme únicamente con las honestas -propias o adoptadas-. Cuesta años, golpes, duelos y deseos de pintar líneas gruesas en el pavimento que definan etapas de la vida. Es hora de limpiarme y empezar a aceptar que tal vez la integridad y honestidad propia dependa de acoger el vacío que dejó aquél pretexto.
Hoy especialmente quisiera dejar de cubrir el vacío con una visión borrosa y un sabor a gotas saladas.
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