Despegues y aterrizajes
El despegue fue una maravilla de la ingeniería humana: una máquina volando con un centenar de personas en ella, y el sol poniéndose a contraluz. Yo no pude mas que detener mi propia maravilla ingenieril, y pensar en mi propio despegue: un ser humano con centenares de millones de células en él, empezando el nuevo viaje, la nueva etapa, la nueva autonomía, y el sol poniéndose a contraluz.
Un par de minutos después, el aterrizaje fue una maravilla de la ingeniería humana: una máquina llegando del cielo con un centenar de personas que vienen de muchos kilómetros lejos, y el sol poniéndose a contraluz. Después del estallido de aquella noche, no pude mas que detener mi propia maravilla ingenieril, y pensar en mi propio aterrizaje: un ser humano con centenares de millones de células en él, vulnerable, endeble, en manos del gran Ingeniero, y con vida, mucha vida... y el sol del otro lado del globo.
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